Se define
como la aplicación de ozono dentro del organismo humano con fines terapéuticos.
El ozono es
un gas inestable, conformado por 3 moléculas de oxígeno, que al ingresar en el organismo produce una
serie de reacciones enzimáticas y activación de receptores.
Posee múltiples
acciones, entre las que se pueden citar su poder bactericida, analgésico, anti-inflamatorio, estimulador
del metabolismo oxidativo y capacidad deshidratante en ciertos tejidos como el núcleo pulposo de los
discos intervertebrales.
Es un método
seguro, con muy pocas contraindicaciones y efectos adversos, que en algunos casos puede evitar la cirugía
espinal o representar la única opción de tratamiento para pacientes con riesgo quirúrgico elevado.
Se utiliza
principalmente para el tratamiento de: